Bordes transparentes

facebook-svg gplus-svg twitter-svg

Para hacer que los bordes de una caja sean transparentes tenemos que hacer los bordes transparentes. ¡Es obvio! ¡Es de Pere Grullo!
Podemos hacer los bordes transparentes utilizando un color rgba. En este caso los bordes serán negros con una opacidad de 50%.

border: 15px solid rgba(0, 0, 0, 0.5);


.caja-texto{padding: 10px 10px 0 10px; position:relative;}
.bordes-transparentes{
   text-align:center; 	
   background:#FFF;
   border: 15px solid rgba(0, 0, 0, 0.5);
   padding: 10px 10px 0 10px;
   border-radius: 5px;    
   position:absolute;
   top:45px;
   left:10%;
   width:250px;}

Fue como si el sol de la tarde, que se quebraba, al ponerse entre las nubes de agua, en amarillos cristales, le encendiese una aurora tras sus tiznadas lágrimas. Acaricié a Platero y, como pude, lo enganché a la carretilla, delante del borrico miserable. En el arroyo grande que la lluvia había dilatado hasta la viña, nos encontramos, atascada, una vieja carretilla, perdida toda bajo su carga de hierba y de naranjas. Lo llamo dulcemente: ¿Platero? y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe en no sé qué cascabeleo ideal. Era vano su esfuerzo, como el de los niños valientes, como el vuelo de esas brisas cansadas del verano que se caen, en un desmayo, entre las flores. Ojalá el corazón les bastara a ellos dos como a mí me basta.

Esta caja NO tiene bordes transparentes.

Fue como si el sol de la tarde, que se quebraba, al ponerse entre las nubes de agua, en amarillos cristales, le encendiese una aurora tras sus tiznadas lágrimas. Acaricié a Platero y, como pude, lo enganché a la carretilla, delante del borrico miserable. En el arroyo grande que la lluvia había dilatado hasta la viña, nos encontramos, atascada, una vieja carretilla, perdida toda bajo su carga de hierba y de naranjas. Lo llamo dulcemente: ¿Platero? y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe en no sé qué cascabeleo ideal. Era vano su esfuerzo, como el de los niños valientes, como el vuelo de esas brisas cansadas del verano que se caen, en un desmayo, entre las flores. Ojalá el corazón les bastara a ellos dos como a mí me basta.

Esta caja NO tiene bordes transparentes.

Sin embargo al hacerlo el borde sigue opaco, aunque gris en lugar de negro. Esto pasa porque, por defecto, el fondo blanco de la caja ( background-color:white; ) se extiende hasta el limite externo del borde. Para que esto no pase, tenemos que hacer que el fondo se extienda solo hasta el limite externo del relleno ( padding ), y para esto hay que utilizar la propiedad  background-clip.

background-clip:padding-box;


.caja-texto{padding: 10px 10px 0 10px; position:relative;}
.bordes-transparentes{
   text-align:center; 	
   background:#FFF;
   border: 15px solid rgba(0, 0, 0, 0.5);
   padding: 10px 10px 0 10px;
   border-radius: 5px;    
   position:absolute;
   top:45px;
   left:10%;
   width:250px;}

#padding_box{background-clip: padding-box;}

Fue como si el sol de la tarde, que se quebraba, al ponerse entre las nubes de agua, en amarillos cristales, le encendiese una aurora tras sus tiznadas lágrimas. Acaricié a Platero y, como pude, lo enganché a la carretilla, delante del borrico miserable. En el arroyo grande que la lluvia había dilatado hasta la viña, nos encontramos, atascada, una vieja carretilla, perdida toda bajo su carga de hierba y de naranjas. Lo llamo dulcemente: ¿Platero? y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe en no sé qué cascabeleo ideal. Era vano su esfuerzo, como el de los niños valientes, como el vuelo de esas brisas cansadas del verano que se caen, en un desmayo, entre las flores. Ojalá el corazón les bastara a ellos dos como a mí me basta.

Esta caja tiene bordes transparentes.

Fue como si el sol de la tarde, que se quebraba, al ponerse entre las nubes de agua, en amarillos cristales, le encendiese una aurora tras sus tiznadas lágrimas. Acaricié a Platero y, como pude, lo enganché a la carretilla, delante del borrico miserable. En el arroyo grande que la lluvia había dilatado hasta la viña, nos encontramos, atascada, una vieja carretilla, perdida toda bajo su carga de hierba y de naranjas. Lo llamo dulcemente: ¿Platero? y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe en no sé qué cascabeleo ideal. Era vano su esfuerzo, como el de los niños valientes, como el vuelo de esas brisas cansadas del verano que se caen, en un desmayo, entre las flores. Ojalá el corazón les bastara a ellos dos como a mí me basta.

Esta caja tiene bordes transparentes.